martes, 7 de abril de 2009

Lo que de verdad pasó en Tartagal


La expresión "desastre natural" no es usada por ningún tartagalense, salvo que sea funcionario público u ocupe un cargo directivo en alguna petrolera o empresa gasífera.

Fue la conjunción de un problema nacional y otro local.

El problema nacional es el uso y abuso que hacen las empresas petrolíferas y gasíferas del territorio que se les regala generosamente por parte del gobierno nacional para que hagan y deshagan a su gusto ya que las regalías son muy elevadas (por $2.50 que sale cada litro de nafta, $2 van al Estado). Es una empresa millonaria. Pongámosle nombre y apellido: TEC PETROL, PLUS PETROL y PANAMERICAN
Tartagal es una ciudad empeñada a esta empresa. El riesgo ya era sabido, lo sabían las petroleras, y lo sabía el gobierno provincial y nacional. Cristina K. ya estaba informada.
El alud fue provocado por un piletón generado por una plataforma petrolera abandonada que reventó. No fue la lluvia.
El día del alud, los primeros en llegar, equipados para socorrer en el barrio Santa María, fue personal de la Tec Petrol.
Ya lo estaban esperando, si no es que lo provocaron ellos mismos, aprovechando que llovía y se le podía hechar la culpa a la lluvia.

El problema local es que algo similar había pasado en el 2006, ya había un preaviso:
-Se hizo un informe en la universidad de salta (a pedido de la municipalidad de Tartagal!!) de 178 páginas donde figura el volumen de precipitaciones a través de los años, el desmonte, el trabajo de las petroleras, nombrando las causas , riesgos y soluciones
-Un ingeniero salió hablando en videotar (tv local) diciendo que el puente se debía ampliar o volvería a ocurrir (el video está disponible en http://www.tartagaltv.com/ )
-Se envió mucho dinero de parte de la nación para construir defensas en las márgenes del río y ampliar el puente y lo único que se hizo fue construir defensas al borde del colegio Santa Catalina (gracias a la insistencia de las monjas) -sacando ripio río arriba y ablandando más aún el río- pero el resto del dinero "desapareció".

Y volvió a ocurrir. La ciudad podría haber estado preparada, el puente ampliado, las defensas construidas, las viviendas al margen del río demolidas y construidas en otro lugar, pero nada de eso se hizo.
Por si esto fuera poco, la empresa INMAC, que es la encargada de la ampliación del puente, para poder trabajar en el invierno, construyeron un dique de unos 4 metros, pero nunca lo purgaron, y ésto también fue acumulando agua. Desconocemos si también reventó junto al piletón. Del piletón nos consta porque lo vimos, no pudimos llegar hasta el dique para ver su estado, pero:
-Ése mismo día, máquinas que estaban trabajando en el lugar se retiraron, porque sabían que iba a desbordar.
-Esa misma semana (antes del alud), llegó maquinaria nueva que se iba a destinar a limpiar el desastre (y que tarda 3 días en llegar).

Ya lo estaban esperando, si no es que lo provocaron ellos mismos, aprovechando que llovía y se le podía hechar la culpa a la lluvia.

El alud pasó, pero luego el desastre continuó a manos de quienes debían brindar soluciones:
- El intendente Sergio Leavy queriendo desalojar a los evacuados que hacia 10 días habían perdido todo de las escuelas para comenzar las clases y fingir que no pasó nada, ofreciendo apenas $500 para que alquilen algo "donde puedan".
- Las autoridades de la escuela Uriburu y Divina misericordia guardando las donaciones bajo llave y diciendo que "lo gestionaron con el intendente" y esas donaciones van a quedar para los alumnos, en lugar de para los damnificados.
- Autoridades militares comenzaron a patrullar el cerro, para impedir el acceso al lugar donde sigue trabajando Panamerican, e impedir la toma de fotografías y videos.
- La presidenta prometió ¿159 millones? que aún no mando, y el 25% del dinero que se envió terminó en manos de los piqueteros a quienes el gobierno permanentemente quiere conformar.
- Se están reconstruyendo las casas a la margen del río.
- 20 entidades que se reunieron en ATE tuvieron que presionar al gobernador Urtubey para que declare el estado de emergencia sanitaria, ya que ingresaban 200 personas por día al hospital con síntomas de dengue (quienes eran enviados de nuevo a sus casas con una tira de ibupirac) se hablaba de 12 muertos por dengue hemorrágico (aunque oficialmente se hablaba de uno solo) y los médicos tenían prohibido hablar, y lo decretó "porque los tartagalenses lo piden" porque en su opinión "el problema del dengue está controlado". Sin embargo, al decretarlo no estableció la cuarentena del Dpto. San Martín y hoy se padece la epidemia en 14 provincias de nuestro país. Por supuesto que se resistía a decretar el estado de emergencia, quería comenzar las clases y fingir ante los medios nacionales que Tartagal estaba levantándose rápidamente de la catástrofe para que ninguno de esos factores afectara el turismo religioso que suele beneficiar a Salta en Pascua.
Cómo se soluciona todo esto?
- Sin miedo. Mucha gente tiene miedo a no ser beneficiada por el Municipio si habla, y el Municipio especula con eso.
- Con unidad. Son 10.000 afectados. Son muchos. Que cada uno trate de resolver sólo su problema y el de su familia hace que el reclamo pierda fuerza, excepto las reuniones de ATE, faltaba organización para salir adelante, y el municipio fomentaba la división (ej. publicando listas de afectados para que los vecinos denuncien públicamente a los que figuran en la lista pero no son afectados, cuando el relevamiento es función del gobierno y este tipo de denuncias genera divisiones)
- Recurriendo a la justicia. Hay pruebas suficientes. El documento de la UNSA, fotos de los buster ( http://www.eco-tartagal.blogspot.com/ ) filmaciones de los piletones, testimonios de ex trabajadores de las petroleras, testimonios innnumerables de los abusos del municipio. No existe la figura del defensor del pueblo en Tartagal, pero se puede recurrir al defensor nacional y presentar una acción colectiva. Cabe resarcimiento por daño moral y psicológico, además de la reposición de los bienes perdidos. El trabajo de las petroleras y de panamerican debe detenerse.
El gobierno quiere conformar a los damnificados con lo mínimo indispensable, amenazando que si no aceptan eso no van a recibir nada, y eso es inadmisible.

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