lunes, 8 de junio de 2009

El fútbol, opio de los pueblos.











Quién no sabe todavía que el Mundial del 78' fue un manejo político para ocultar los horrorres de la dictadura? ya es hora de enterarse, si hay algún caído del catre

El 25 de marzo la Junta recibió de manos del deporte una de las primeras adhesiones. La dio el presidente de la Confederación Brasileña de Deportes (CBD), almirante Heleno Nunes. "Tal vez sea la mejor garantía de la Copa del Mundo en Argentina", dijo Nunes. Al día siguiente arribó a Buenos Aires una comisión de la FIFA, para inspeccionar las obras del Mundial, encabezada por el alemán Hermann Neuberg, SS en los tiempos de Hitler. "El cambio de Gobierno no tiene nada que ver con el Mundial. Somos gente de fútbol y no políticos", dijo Neuberger. Más claro aún fue el propio mandamás de la FIFA, Joao Havelange. El 28 de marzo decía desde el exterior que "la Argentina está ahora más apta que nunca para organizar el mundial". Recibiendo a la FIFA en Ezeiza aquel 25 de marzo estaba ya el almirante Carlos Lacoste, la bota que Massera puso dentro del deporte, para manejar el poder y los negocios.

Soborno a Perú

El ex zaguero Radulfo Manso, hoy completamente distanciado del fútbol, dice a su vez que aquella explosiva denuncia de soborno que formuló en 1979, cuando jugaba en Vélez, fue "un desahogo a medias. Lo que pasó –cuenta manso- es que antes del partido con Argentina atendí un llamado telefónico en mi pieza de la concentración. La voz, que tenía acento argentino y me trataba de manera peyorativa, discriminatoria y racista, me dijo de muy mala manera que les comunicara a mis compañeros que nos pagarían 50 mil dólares a cada uno si permitíamos la clasificación de Argentino. Me dio mucho miedo, porque yo en ese momento era un muchachito y me sentí muy mal. Se lo conté a un compañero y estoy seguro de que si se lo hubiera dicho al resto, todos me habrían dicho que no aceptaban"

"Yo no estoy en condiciones de asegurar si el equipo peruano jugó dentro de sus posibilidades o no" explica Ardiles. "Eso es algo que deberán explicar los peruanos y las autoridades de AFA de aquel momento, o los miembros del EAM o los que formaban parte del gobierno de Videla." Entre las numerosas versiones que sugieren algún "arreglo" hay una que menciona un acuerdo entre las dictaduras militares de ambos países ( en Perú gobernaba el general Francisco Morales Bermúdez). La sospecha recae sobre la donación de "un crédito no reembolzable" de Argentina a Perú "para la adquisición a la Junta Nacional de Granos de cuatro mil tonelada de trigo a granel", en un marco del "convenio sobre ayuda alimentaria". El Sunday Times, de Londres, provocó un escándalo cuando abonó a esta teoría en plena disputa del Mundial 86. "Ese tipo de donaciones –reconoce hoy Juan Alemann, secretario de Hacienda en quellos años- no eran espontáneas. Se hacían sólo en caso de un terremoto, de alguna catástrofe." La única catástrofe que sufrió Perú en aquellos días fue el 6-0 de Argentina.

"La presencia de Videla en nuestro vestuario fue terrible", dice hoy Juan Carlos Oblitas, uno de los líderes de la selección peruana, al recordar un episodio que pocos conocen, en los minutos previos al polémico 6-0 que clasificó a Argentina a la final. "Algunos más jóvenes, que pudieron haberse sentido intimidados, dejaron de cambiarse para escucharlo. Pero yo, que tenía más experiencia, seguí en lo mío. Seguí detrás de una pared y apenas lo oía hablar. No quería que nada interrumpiera mi concentración."El zaguero Héctor Chumpitaz, otro histórico de la selección peruana, admite que "nos sorprendimos cuando nos dijeron que nos iba a hablar Videla. Se paró frente a nosotros y nos dio un discurso en el que llamaba a la hermandad latinoamericana y nos deseaba suerte. Yo me lo tomé como una presión, aunque después de lo que nos habían dicho los organismos de derechos humanos, Videla aparecía como un personaje que nos daba un poco de miedo".Los militares argentinos –especialmente Massera y Galtieri, cuando la selección estuvo en Rosario- fueron también más de una vez a la concentración y a los vestuarios argentinos. Ardiles recuerda que "nos hablaban de nuestras virtudes y de que representábamos a la patria" Para Kempes, según contó una vez, los militares acercaban a los jugadores la toalla, el jabón y hasta alguna copita extra de vino en las comidas. Como si fueran los cadetes.

A 500 metros de River se torturaba gente. El silencio cobarde y cómplice.

"Todos los presos políticos, los perseguidos, los torturados y los familiares de los desaparecidos estábamos esperando que Menotti dijera algo, que tuviera un gesto solidario, pero no dijo nada. Fue doloroso y muy jodido de su parte. Él también estaba haciendo política con su silencio." Quien formula el cargo es Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz en 1980, que logró salir de la Unidad 9 de La Plata gracias a la presión internacional, el 23 de junio de 1978, dos días antes de la final.

Todavía hoy

Aunque no con la misma magnitud, gravísima, de la colaboración con el ocultamiento de los crímenes ocurridos durante la última dictadura militar, todavía hoy el fútbol es una herramienta al servicio de la distracción y el adormecimiento de las masas. Alguien escribió alguna vez "la religión , opio de los pueblos". Pero la religión bien vivida confronta, profundiza, y compromete con la realidad. Quien actualmente cumple en la sociedad la función estupidizadora del opio, muy conveniente para el reducido número de los "amos de los países y el mundo" es el fútbol.

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